Nuestra filosofía

Soñamos con una sociedad más justa e igualitaria, más respetuosa y empática, donde la plena integración de las personas con diversidad funcional sea una realidad.

La educación es clave para eliminar estigmas y fomentar un entendimiento más profundo de las necesidades y habilidades de las personas con diversidad funcional. El aprendizaje a través del juego es una herramienta valiosa para el desarrollo integral de los niños. El juego contribuye a desarrollar habilidades sociales y emocionales, pudiendo potenciar infinidad de valores en pequeños y grandes.

Nuestro objetivo es que jugando con Pampam los niños con discapacidad auditiva mejoren su autoestima, pero sobre todo que fomente valores como la tolerancia, el respeto y la empatía en niños normoyentes. Al adoptar estos principios, la marca quiere contribuir a la construcción de una sociedad mejor, que reconozca y celebre la diversidad funcional, generando un impacto positivo a largo plazo.

Y no podríamos hacerlo sin responsabilidad ambiental y social. Es por ello por lo que utilizamos materiales reciclados (¡botellas de plástico recicladas!) y orgánicos certificados para dar vida a Pampam. Cada uno de estos muñecos está cosido a mano en España, en un taller que favorece la integración sociolaboral de mujeres valientes en situaciones de vulnerabilidad, empoderándolas.

Además, nos encanta saber que al estar cosidos a mano no hay dos muñecos iguales, lo que les hace aún más especiales.


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